viernes, 4 de julio de 2014

El número de premiados y la variedad de premios.

Los distintos juegos de lotería tienen que tener un equilibrio entre el importe de los mayores premios y el número de premiados.

En general, los juegos en los que el premio o el número de premiados es siempre el mismo, pueden generar aburrimiento en el jugador. En este sentido, estudios realizados en loterías de Estados Unidos, han visto que cuando los premios son parecidos sorteo tras sorteo, a medio plazo baja la recaudación. Que haya semanas sin acertantes y se acumulen botes hace que aumenten las apuestas.

Si por otra parte el juego resulta muy difícil de ganar, aunque se acumulen grandes botes el interés por el juego decrece entre los posibles apostantes, que perciben el juego como imposible. Este puede ser el caso del 7/39 de la ONCE, que lleva en abril de 2014 más de 42 meses sin acertantes de primera categoría desde que un ganador el 09 de Octubre de 2011 consiguió más de cinco millones de euros.

La probabilidad de ganar algún premio. 
 Una característica que comparten todos los juegos analizados en “Quiero que me toque la primitiva”, es que ofrecen premios de distintas categorías. Además del premio mayor, existen premios de menores cuantías y, en muchos casos, premios que reintegran lo pagado por la apuesta. Estos premios “de consolación”, que son más probables de conseguir pero cuyo importe es claramente menor que el premio principal, sirven de estímulo para seguir jugando al juego con la esperanza de obtener el premio mayor.

Como vemos en la entrada correspondiente a la esperanza de los juegos, los premios intermedios, a medio plazo, no suponen una ganancia sino una mitigación de la pérdida.

Ganar un GRAN premio. 
Una motivación para jugar a una lotería es ganar un premio que permita un cambio de forma de vida. En ese aspecto, algunos estudios indican que el interés por el juego es menor en personas millonarias o en personas muy necesitadas que en el ciudadano medio, que tiene sus gastos básicos cubiertos pero mantiene sueños como una gran casa, un yate o no necesitar trabajar más.

Con la posibilidad de grandes premios, la lotería se diferencia de otros juegos de apuestas como las máquinas recreativas, el bingo o las apuestas sobre resultados deportivos, con probabilidades de ganar un premio mayores, pero con premios que no implican un cambio en la vida del apostante.

La existencia de un premio importante, que marque un punto de inflexión en la vida del premiado, es algo que anima mucho a comprar. Los jugadores están dispuestos a perder una pequeña cantidad de dinero ante la pequeña posibilidad de hacerse millonarios.

El nivel de premio al que se aspire puede ser un buen elemento para decidir a qué clase de juego dedicarse.

Para alguien que considere que sería feliz con 30.000 euros, un cupón diario de la ONCE le da un 0,001% de posibilidades de ganar el premio.
Si otra persona considera que no puede vivir con menos de 15 millones de euros, no le vale con el cupón diario de la ONCE. Tendrá que jugar a un juego como Euromillones, donde el premio iguala o supera esa cantidad, pero donde la probabilidad de lograrlo con una apuesta sencilla se reduce al 0,00000086%.
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