miércoles, 23 de julio de 2014

Estrategia de apuestas crecientes. La martingala.

En cualquier juego en el que todos los posibles resultados tienen la misma probabilidad y la esperanza matemática del premio menos el coste de la apuesta es negativa, cualquier estrategia consistente en seleccionar posibles resultados individuales supone a largo plazo una pérdida de dinero.

Se puede plantear una estrategia consistente en variar el importe de las apuestas para distintas jugadas. La modalidad más conocida de esta estrategia es la martingala, o “doble o nada”.

Apuesta a la martingala. El doble o nada. 
Podemos explicar este modo de apuestas en relación a las ruletas de un casino.

En una mesa de ruleta hay varias formas de apostar. Una de ellas es pronosticar si al lanzar la bola en la ruleta, esta va a caer en una celda con un número par o impar. Al jugar en la ruleta a par/impar pueden pasar tres cosas.

  • Si la bola cae en la celda marcada con un 0, (una probabilidad entre 37) el jugador pierde su apuesta. 
  • Si la bola cae en una celda con un número positivo con distinta paridad de la que apostó el jugador, (por ejemplo el jugador apuesa PAR y sale el 7-impar) el jugador pierde lo apostado. Esta situación tiene una probabilidad de 18/37 de suceder. 
  • Si la bola cae en una celda con un número positivo con la misma paridad que apostó el jugador (18 probabilidades entre 37), el jugador gana el doble de lo apostado. 
Supongamos que un jugador quiere ganar un euro jugando a la ruleta. Seguirá estos pasos:
  • Ronda 1. El jugador que apuesta a la martingala, elige su opción. Por ejemplo, par. Apuesta un euro a par.
    Si la bola cae en número par, recibe 2 euros (el doble de lo que apostó), ganando en total un euro y deja de jugar.
    Si la bola cae en 0 o impar, el jugador de momento ha perdido un euro. El jugador sigue jugando. 
  • Ronda 2.El jugador dobla la apuesta. Apuesta dos euros a par. Al jugarse la siguiente bola en la ruleta, puede suceder que sea par, o sea impar o cero.
    Si la bola cae en par, el jugador recibe 4 euros (el doble de lo apostado en la segunda ronda). En total ha apostado 3 euros (1 euro en la primera ronda y 2 en la segunda) y ha ganado 4, con lo que tiene un saldo positivo de un euro y deja de jugar.
    Si la bola cae en 0 o impar, el jugador ha perdido ya 3 euros entre las dos rondas. Opta por seguir jugando. 
  • Ronda 3. En la ronda 3, el jugador de doble o nada vuelve a doblar la apuesta. Ahora apuesta 4 euros a par.
    Si gana, habrá apostado en total 7 euros y ganado 8, con un saldo de +1 euro.
    Si pierde, en la ronda siguiente apuesta el doble.
  • ... Ronda n. Si el jugador llega a la ronda n, significa que su apuesta a par o impar ha fallado en las n-1 veces anteriores y en cada ronda ha doblado su apuesta.
    Doblando una vez más la apuesta, si gana, el saldo total será de +1 euro.
    Por ejemplo, en la ronda n=8, el jugador habrá tenido mala suerte 7 veces, apostando 1, 2, 4, 8, 16, 32 y 64 euros. En la ronda octava, vuelve a doblar la apuesta apostando 128 euros a par. Si sale par, ganará 256 euros (habiendo gastado antes 1+2+4+8+16+32+64+128=255 euros).
    Si en la ronda n el jugador sigue sin ganar, doblará su apuesa para la ronda siguiente.
Siguiendo el método de doble o nada, aparentemente sólo es cuestión de tiempo ganar.
Los únicos inconvenientes posibles son
  • que el juego termine antes de haber tenido una ronda con premio, 
  • o que el jugador se quede sin dinero y no pueda doblar su apuesta en un momento dado. 
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El problema de las apuestas a doble o nada.

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